El exterior alpino de este chalet, sigue la tradición constructiva de la zona, pero en su interior alberga una decoración totalmente actual.
La pureza del blanco y la madera se entrelazan con la naturaleza, en ésta casa espectacular situada en la actualidad de Megère, entre las montañas suizas.
Junto a la escalera de cedro, una consola de aluminio pulido y lineas simples, al fondo un oso gigante de peluche.
El salon está repleto de ventanas, para aprovechar la luz y las increibles vistas que ofrecen los Alpes.
Sofás de piel blanca de Zanotta, butacas de vaca modelo Fortuna de Alivar.
La espectacular chimenea, que preside la zona de estar, combina el granito negro de Zimbabwe y la madera blanca en el gran panel que llega al techo.
En el techo destaca la lámpara Cocoon de la serie Zeppelin de Flos. La alfombra es de zorro negro.
Sillas Tulip, de Eero Sarinen, con cojines de piel de conejo. Mesa realizada en aluminio blanco y estructura cromada.
En la cocina taburetes cromados de Bertoia, el mobiliario es de Khamsa Handicraft,en gris y blanco.
El techo abuhardillado, la madera decapada, le dan al dormitorio, una mayor amplitud. Una estructura de madera, acristalada le separan del baño. Esta hace de soporte a dos estantes del mismo material, donde se colocan los lavabos exentos.
La bañera, aparece solitaria, a los pies de la cama, recibiendo la luz cenital del lucernario.
El armonioso juego del blanco y el negro se mantiene entre los sanitarios y el suelo de granito de Zimbabwe.
Las vistas sobre el valle de Megère, son un bello paisaje.
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