Restaurante Mazzo

viernes, 28 de enero de 2011



Hasta hace seis años Mazzo era una discoteca famosa y notoria en un edificio monumental en el Rozengracht pero hoy es un moderno restaurante multifunción.
Está situado en un edificio típico de Ámsterdam con espacios estrechos y muy profundos.







Cinco materiales determinan el ambiente del diseño interior; hormigón, ladrillo, piedra, madera de pino y hierro.
La primera parte, situada en el Rozengracht, tiene una altura de cinco metros y las caras hacia el exterior. La zona perfecta para un bar, donde los clientes pueden pedir un café rápido o tomar una copa en las mesas de la barra.




Un armario enorme de madera en todo el restaurante sirve de nexo de unión entre todos los espacios y la organización de ellos, al mismo tiempo. El armario, creado a partir de madera de pino empleado para el almacenamiento y exposición de los productos, se convierte en la escalera de la entreplanta.




La Iluminación es de la serie Bestlite de GUBI, creando la intimidad en este espacio. Las luces en la pared sobre el sofá Chesterfield de nueve metros y las luces en suspensión por encima de la mesas del bar crean un ambiente de sala de estar.







La segunda parte tiene un espacio menor, pero el doble de ancho. Con columnas de piedra originales que dividen esta parte en dos zonas. La parte más oscura de todo el edificio es perfecto para albergar la cocina.




La zona de asientos del restaurante se encuentra frente a la cocina con unas simples mesas trattoria. Independiente de la disposición de mesas, estas lámparas de araña modernas dan una luz agradable e íntima.







Cuatro retratos de personas en categorías de edad diferentes, proporcionan la sensación de la familia italiana de la cual los invitados pueden formar parte durante la cena.







Para una cena familiar o una comida de negocios se puede utilizar la sala de juntas. Una acogedora sala con una pantalla de televisión y chimenea, junto a la cocina, que puede ser cerrada si se prefiere para uso privado.




La tercera parte del restaurante está orientada hacia Bloemstraat. Un estrechamiento en el edificio crea una pequeña zona donde los niños pueden jugar durante el día bajo la mirada de sus padres.
Los clientes pueden retirarse a los once metros de largo del sofá Chesterfield para disfrutar de un buen vaso de vino y tener una conversación agradable.




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